El wok, un imprescindible en la cocina tailandesa

A la hora de preparar recetas exóticas hay veces que lo tenemos difícil para conseguir los utensilios necesarios. No es el caso del wok, que está presente en casi todas las cocinas españolas, que lo han adaptado como un instrumento más para preparar salteados .

El wok es una especie de sartén redonda y abombada por el centro, que suele medir unos 10 cm de alto y tener 30 cm de diámetro. Su características permiten freír, saltear o cocer conservando intactos los sabores y olores de los alimentos, y sirve tanto para verduras como para carnes y pescados.

Este instrumento tiene más de 2.000 años y su origen está en China, durante la Dinastía Han. Gracias a su forma, permite que el calor se distribuya por toda la superficie, lo que contribuyó a su popularización debido a que ahorraba mucho combustible. Además se puede preparar una salsa en el fondo mientras se saltean los ingredientes en sus bordes, y estos se mantienen calientes durante toda la preparación.

Para cocinar con él, hay que remover constantemente. El calor que acumula el wok permite que se sellen los alimentos muy rápidamente, conservando en su interior todo el sabor. Además como necesitan poco aceite, es una de las opciones más ligeras que se pueden elegir si quieres comer sano.

Antes de usar el wok por primera vez, siempre se recomienda «curarlo» quemando aceite en su interior para que se cree una capa protectora antiadherente, y para guardarlo siempre recomiendan protegerlo con otra capa de aceite para evitar su oxidación. En Tailandia, para lavar los woks lo hacen solo con agua caliente y una brocha de babú, con lo que consiguen que duren más.